¡FRANCO NO HA MUERTO!

Recientemente una de mis entradas terminaba con esta aserción basada en varias premisas que a continuación voy a enumerar. En primer lugar pienso que, a pesar de la democracia y de que esta garantiza la sucesión en los órganos del poder, se ha enquistado una nueva clase política que está mas cerca de lo que han sido los estados totalitarios (y en concreto del Franquismo) que de una democracia abierta, representativa y sobre todo sin complejos.

¡Ojo! Hablo de Franquismo porque es lo que más cerca nos toca, pero bien podría haberlo llamado de otra manera.

Como dijo el genial Carlos Herrera, “al final de la manifestación del pasado 1 de Mayo faltaron juegos de gimnasia ejecutados por las juventudes de los dos sindicatos mayoritarios”. Entonces se encendió la luz… poco pero lo hizo, y me di cuenta de que efectivamente: ¡Franco no ha muerto!

Otra manifestación anterior (de estos mismos sindicatos) fue una que podría haber ocurrido hace 60 años perfectamente: la manifestación contra los empresarios. Podrán decir que era contra el despido libre y lo que sea, pero lo cierto es que los carteles indicaban “empresario = explotador”, cosa que se vio en todas las televisiones. Muchos artículos se han escrito sobre el tema pues el empresario, a día de hoy, es una apestado y esa es además la cultura que se ha fomentado como se puede leer en varios libros de educación para la ciudadanía. Esto no cambia mucho de lo que era el anterior régimen, donde el empresario privado era considerado una raza exótica a vigilar, pues al poder “le mosquea” sobremanera que pretendas no depender de él o intentar no vivir de él. No le gusta. Es una rara patología por la cuál desea que se le quiera y admite que se le odie… e incluso a precia esto último porque está en tus oraciones, el poder, para bien o para mal. Como muchos de los que están en el poder han hecho pasillo, lamido trasero y calentado sillón de polipiel multitud de veces, no les sienta bien que no lo hagas. Por ello el empresario independiente no mola.

Me consta que en el antiguo régimen era así pues vengo de una familia con tradición de burguesía anglófila y de profesionales liberales, que pasaron lo suyo para intentar desarrollar el sector privado.

Otra patología es esa obsesión por legislar y de la que los ciudadanos nos hacemos eco con el tan manido “hay que hacer una ley que haga esto o aquello y que obligue a tal cosa”. Poner reglas y legislar: desde como debo sentarme para mi mejor seguridad a la hora de utilizar ordenador, hasta la música que debo de escuchar, los impuestos que debo de pagar y a quién deben de ir, como deben ser las relaciones con mis hijos y mi entorno. Es un curioso complejo de auxilio social. Un rollo paternalista e insoportable que además aceptamos de buena gana porque no nos importa y “son cosas de los políticos”. Pero huele a paternalismo de auxilio social por todos lados.

Me chirria espantosamente a esta historia de la jubilación a los 65 años… Una vez mas el puto auxilio social. Hay gente que está harta de trabajar y quiere jubilarse porque sencillamente eligió (o le eligieron) para hacer un trabajo que no es su vida. Sencillamente no es su vocación y quieren dejar de trabajar pues ya han cotizado lo suficiente y quieren botar. Me parece cojonudo. Han dado a la sociedad lo que esta les demandaba y han criado a una familia y ¡que leches! Ahora quieren disfrutar de lo que han hecho.

Pero lo que no entiendo es esta historia de que las personas tienen que tener fecha de caducidad como los yogures. ¡Oye machote tienes 65 años y se ha acabado el asunto! ¿Por qué? ¿Acaso no pueden seguir siendo útiles a la sociedad? Si esta regla de tres se hubiera aplicado en el Siglo XVII Don Miguel De Cervantes no habría publicado ni “Viaje al Parnaso” ni las “Novelas Ejemplares”. Hubiera dicho el funcionario o editor de turno:

“Venga Don Miguel vuélvase a casa y déjese de historietas que no estamos para estas cosas ya… y no me babee sobre los legajos hombre”

No quiero dejar de dejar pasar estas historias de educación para la ciudadanía y milongas que tanto políticos de un lado como del otro intentan vendernos. Este rollo catequizante de lo importante que es controlar la educación y el pensamiento, me remito a los clásicos, en este caso Pink Floyd:

We don't need no education
We dont need no thought control

Hace poco un Inglés que vive en España me dijo que dentro de cada Español hay un misionero deseando salir. Cuanto razón.

El problema además es que los Españoles esperamos que sea así. Que papá estado nos acoja dulcemente en su seno y nos haga (como también dijo Oink Floyd) “comfortably numb” o cómodamente adormecidos. Así ha ocurrido durante la historia con cosas como “vivan las cadenas”. Somos así y esta es nuestra idiosincrasia y, paradójicamente, en el país donde se inventó la palabra liberalismo, la libertad es una utopía.

Luego están los reinos de taifas de las comunidades autónomas que han permitido traer el control a la puerta de tu casa… pero esto lo voy a dejar para otra entrada.

Seguiremos probando que Franco no ha muerto, y que su espíritu está mas vivo que nunca.

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