Reflexiones sobre como pensamos... y por ello hacemos.

Hay varias cosas que durante el ultimo año mas me han impactado mucho y una de ellas es la entrevista al Doctor Carlos Belmonte, reputado neurólogo y presidente de la asociación internacional de neurólogos… ahí es ná. Es decir, probablemente una de las personas que tiene mayor conocimiento sobre esa herramienta llamada el cerebro humano. Durante esa entrevista hubo respuestas a cámara, y que están grabadas, y otras que quedaron fuera de la grabación a sabiendas además de la importancia y repercusión que informaciones de este tipo.

Muchas veces he hablado del hombre, de su naturaleza, sus inquietudes, como dicen los ingleses (expresión que me encanta) “what makes us tickle”. Sin embargo hasta ahora no me había enfrentado con la evidencia, con la prueba científica de como son nuestras emociones, de como funcionan, de como nuestro cerebro (elemento biológico) a desarrollado una cosa que es el elemento cognitivo, nuestra consciencia, como dice Carlos “somos animales conscientes”… pero no todo el tiempo y mucho menos todo lo consciente que pensamos. Al final de la entrevista Carlos me miró y me dijo “te veo con preguntas” a lo que respondí, “acabas de cargarte de un plumazo toda la psicología y parte de la filosofía de 2000 años a esta parte a lo que él respondió “estamos ante la ciencia del Siglo XXI, pues no estamos teorizando sobre la naturaleza del hombre, sino hallando evidencias reales del funcionamiento del cerebro y del cuerpo humano en general como un todo”. Entonces me quedé pensando y le respondí “entonces, estamos hablando de que el hombre no es trascendente y, por tanto, debemos centrarnos en la inmanencia”… él se quedó en silencio y contestó “esto es cosa de las creencias de cada uno”.

Después de este fino quiebre de cadera Carlos recuperó la compostura.

El caso es que otro científico, Stephen Hawking, dijo algo como “tengo la certeza de que no hubo una entidad superior que creó el mundo… pero no sé lo que ocurrió con antelación”.

Hay otros datos que verdaderamente me dejaron muy pensativo:

 El 92 % de la actividad cerebral es aquella que corresponde al subconsciente. ¡Ojo! Debemos de incluir en este porcentaje todas las actividades motoras y biológicas que tienen lugar en este cuerpecito tan majo que sostiene nuestro cerebro.

 Una vez transcurrido un tiempo nuestros recuerdos apenas se acercan en un 30% a la realidad de lo que ocurrió/dijimos/hicimos.

 El sueño es el momento en el que desfragmentamos el disco y colocamos nuestras experiencias y percepciones en un cajón desastre, después de lo cual se produce el guirigay del punto anterior, es decir: o recuerdos se mezclan con otros recuerdos, con opiniones, etc. formando una amalgama personalizada.

 La evolución del cerebro y su capacitación se produce hasta los 21 años aproximadamente.

 El cerebro necesita racionalizar la toma de decisiones con el fin de dar una explicación sistemática a todas ellas… pero ojo, las decisiones son siempre tomadas en base a la experiencia acumulada en el subconsciente y en menos de 39 segundos. Es decir cuando decimos “lo consultaré con la almohada” en realidad estamos buscando tiempo para racionalizar y dar explicaciones a una decisión ya tomada. Así de simple… y no es una teoría de diván. Está probado.

Es decir ¿te creías un animal racional y en control de todas las cosas que te rodean? Como dicen también los ingleses “think again”.

El caso es que todo esto, y a mi parecer, nos coloca terriblemente cerca de los animales por otro lado seres irracionales. De hecho esto tiene relación con otra cita de otro programa de “Azufre Rojo”, en este caso el de la felicidad. Como indicó mi buen amigo José Lorite Mena (decano de la facultad de filosofía) el hombre se imagina el futuro y por ello se plantea escenarios. Los animales no se plantean lo que van a hacer la media hora siguiente, afrontan las situaciones conforme van surgiendo. Por ello la frustración es una cosa netamente humana porque esta basada en la “no consecución de los escenarios y objetivos creados”. En resumen está todo en nuestra cabeza. El origen de la mayoría de nuestros problemas, inquietudes e incluso enfermedades… como el cancer, enfermedad inducida por problemas emocionales que producen una debilidad en nuestro sistema inmunológico.

Aquello de que no somos seres transcendentes, es decir, que todo aquello de que luego vivimos, los paraísos, etc. es una invención de nuestra necesidad de creernos seres que trascienden y no una realidad, es algo que me dejó abrumado. Luego pensé “entonces si todos hacemos como debemos a diario sin pensar en el futuro, el hallazgo de que el hombre es pura y simple biología puede incluso ser positiva”.

Creo que esto puede ser un excelente ejercicio de humildad, estamos aquí para lo de ahora, y no para lo de más allá. Estamos en esto por esto y por los que nos rodean, pues nada es sobre nosotros mismos, sino sobre nosotros en relación con los demás y cada día.

Nunca dejas de escuchar cosas como el milagro de la evolución del hombre, cuando en realidad no somos un milagro pues hay cosas claramente mejorables. Como decía un monologuista (creo) americano, “si esto es lo mejor que Dios ha sabido hacer, estamos apañados”. Seguiremos.

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