Encerrados en el libro


Guru Nanak es el fundador de una religión india (que no hindú) cuyos miembros no suman más del 5% del total de la población. Esta religión es el Sijismo.

A pesar de constituir una minoría en India, gran parte de la oficialidad del ejercito nacional está formada por miembros de esta minoría que también ocupa importantes puestos en la administración pública, hasta el punto de que el actual presidente del gobierno de India es Manmohan Singh,  miembro de esta minoría como atestigua su turbante, uno de los símbolos de su fe.

El ejemplo de los Sikhs es similar al de otras comunidades que debido al sistema en que se han regulado internamente y sus valores y educación, ha progresado muy por delante de otras. Así, el caso más cercano que tenemos es el de los judíos o en Africa los nubios, o los Kurdos y Armenios en Oriente Medio.

En todos estos casos la necesidad de sobrevivir como minorías rodeados de hostilidad, les ha llevado a desarrollar una sociedad basada en la efectividad y la meritocracia.

En el caso de los judíos hay un interesante libro titulado “Start Up Nation”, cuya temática es el éxito de Israel y cómo, en concreto los judíos, lo han convertido en uno de los países con el mayor PIB per cápita del planeta y por delante de España o Polonia, y todo ello a pesar de que el 95% de su superficie es desértica, su pequeño tamaños y los graves problemas de seguridad que sufre. Una de las razones que los autores aducen para ello, es que el judaísmo promueve el espíritu crítico desde la más tierna infancia, además de la importancia de la iniciativa personal. Esto también ha sido parte de la filosofía Cristiana tal y como indiqué en una entrada anterior de este mismo blog pero, desgraciadamente (por regla general y con la excepción de determinadas ordenes religiosas), se ha favorecido una lectura ortodoxa y nunca el debate. El conocimiento por ello siempre a discurrido de modo vertical cosa que también vemos en nuestras universidades donde, en la mayoría de los casos, “el libro” es una verdad incuestionable y nunca interpretable… pero ¿por qué?

Es posible que sea promovido por el miedo, el mismo que encontramos en nuestros gobernantes y líderes de diversos ámbitos financieros o los medios de comunicación. Un miedo escalofriante a mover una pieza, a hacer algo que pueda hacer sucumbir (a pesar de que ya lo está haciendo) un sistema que les ha llevado donde está y les sostiene.

El conocido general alemán y maestro en estrategia militar Erwin Rommel, en sus memorias tituladas “Los Papeles de Rommel” decía lo siguiente:

“La experiencia obtenida durante el avance en la región Cyrenaica desarrolló los cimientos de lo que debía ser mi actitud posterior a lo largo de la guerra. Había formulado demandas muy superiores a las requeridas en situaciones anteriores y por otros comandantes, de modo que terminé creando mis propias normas y standares. Una y otra vez uno se ve obligado por las circunstancias a reconocer que los procedimientos puestos en práctica con anterioridad dieron un resultado mediocre, y por este motivo no se les puede tomar como modelo”

Esto se llama innovación. Rommel observó la necesidad de adaptarse a una nueva situación que era el combate en el desierto y renovar los conceptos hasta entonces se tenían sobre la guerra. No es la transgresión de la ley sino una renovación de la norma, una reinterpretación del libro. Y esta reinterpretación le llevó a ser llamado el “zorro del desierto” por sus enemigos y a ser ubicado en olimpo de los grandes estrategas y tácticos militares de la Historia, estableciendo principios que hoy son ampliamente utilizados en todos los ámbitos de la estrategia y la movilidad táctica. La lucha por la supervivencia le llevó a la necesidad de reescribir las reglas, fomentar la meritocracia entre la oficialidad y tropa, y obtener los mejores resultados posibles con unos recursos menores que los del enemigo. 

Del mismo modo la supervivencia de algunas de las minorías mencionadas ha hecho de la necesidad una virtud, de modo que encontramos como los Sikhs es una sociedad que (además de lo que es su naturaleza guerrera) busca la excelencia, idea que se transmite ya en la familia y es parte de su idiosincrasia. Desde pequeños los judíos son educados en la necesidad de tener una lectura personal y crítica de sus libros religiosos, cosa que se traslada al ámbito militar donde el concepto de jerarquía no es cuestionado, pero sí tiene la flexibilidad de permitir quese discuta una decisión de un superior... eso sí, asumiendo la responsabilidad, pues esa es otra cosa que estas culturas tienen claro: cada uno es responsable de sus actos y será premiado (o no) de acuerdo con los ellos.

En una época de crisis, donde proliferan predicadores, mesías, gurús (no como Gurú Nanak) y todo tipo de charlatanes, lo que importan no son los que hablan de innovación sino los que la llevan a cabo y no hablan de futuro, sino que lo construyen y lo hacen suyo con ambición por la internacionalización comiéndose el mundo a bocados. Son los que se atreven a reescribir el libro mejor de lo que estaba y añaden capítulos que hablan de esfuerzo, superación pero también de inconformismo y renovación. Son personas para los cuales las ideas, los textos y conceptos, no son una barrera detrás de la que refugiarse ni una prisión en la que quedar recluidos, sino un activo a utilizar y reinterpretar de acuerdo con las necesidades. Todos estos son los que nos sacarán de la crisis y, sobre todo, los que nos harán ser grandes. Los demás esperan a que escampe, amarrados al libro.

Comentarios

Dany Campos ha dicho que…
Excelente post! Reflexión sí, pero después proactividad, búsqueda, ensayo, error y vuelta a empezar.
José Egea ha dicho que…
Sin duda el ensayo y error son parte del método científico y como decía el clásico: fail fast, learn fast, fix fast.

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