Novel... digo, Nobel Europa

Recientemente he visto una imagen de una agresión a un padre que con sus hijos iba a una manifestación en Cataluña, que me ha conmovido y animado a recuperar una antigua entrada del blog que no llegué a publicar. 

Es posible que mi condición de padre me haya sensibilizado con estas cosas, pero también coincide en un momento en el que co-escribo un guión sobre la civilización Europea, en el que entramos en gran profundidad en muchos aspectos de su historia y evolución. No obstante todo esto ha hecho reafirmarme, y hacerlo con convicción, en mi rechazo al nacionalismo y decidirme a romper la regularidad de “un post mensual”, editando y publicando este.

He de decir que puede que, académicamente, no sea muy acertado, pero dentro del concepto de nacionalismo incluyo a ciertas corrientes políticas como el comunismo o el nacional-socialismo, el fascismo y otras versiones descafeinadas de estos sistemas autoritarios como el Maoismo o el nacional-sindicalismo, lo que me lleva al primer punto:

  1. Rechazo el nacionalismo porque pone al colectivo por encima del individuo. Esto es radicalmente contrario al espíritu de Europa que ha apoyado el valor de la persona y su contribución al colectivo, hasta el punto de reconocer las opiniones contrarias. Así decía Voltaire: “I do not agree with what you have to say, but I'll defend to the death your right to say it" 
  2. Rechazo el nacionalismo porque se basa en la aversión a lo externo para justificar lo propio. Decía un empresario cárnico que conozco: “al final estas cosas son como los cerdos, me gusta revolverme en la mierda y me encanta el olor de ella porque es mi propia mierda"
  3. Rechazo el nacionalismo porque instrumentaliza el miedo para lograr la dominación, y el miedo es la cárcel en que la libertad queda sometida. El miedo es un instrumento muy poderoso mediante el que se promueve el rechazo a lo desconocido, pues se alimenta de la ignorancia y sobredimensiona las faltas del vecino para lograr la cohesión de los propios. 
  4. Rechazo el nacionalismo porque utiliza a aquellos que no considera propios como carne de cañón, y muchos de ellos pierden su propia identidad para poder ser aceptados en el corral con el resto el ganado. Así tenemos a personajes como Carod Rovira en Cataluña, Trotsky o Moises Uritsky (ambos judíos e inspiradores del terror rojo), algunos Etarras históricos e incluso Reinhard Heydrich, jerarca nazi que luchó por sacudirse su pasado judío convirtiéndose en el arquitecto del holocausto. Charnegos y maketos, son una herramienta util en manos de aquellos que quieren ocultar sus propias miserias.
  5. Rechazo el nacionalismo porque esta ideología, se basa en la manipulación de lo que llaman “el sentimiento de ser (escriba usted aquí cualquiera de ellos)”. “El sentimiento de…” esta en los discursos de Goebbels, Hitler, Stalin, Mao, Pol Pot, Arzallus, Carod, los nacionalistas Finlandeses, los independentistas de Corcega, nacionalistas de la Padania, Eritrea, Kosovo, y hasta en los de “como en Murcia en ningún sitio”. Viaje usted y descubra lo maravilloso que es descubrir otras cosas, aprender e incluso darse cuenta de cuán equivocado estaba uno en algunas cosas. 
  6. Rechazo el nacionalismo porque nunca se sacia. Siempre quiere más y como decía (sí, ya sé que le cito otra vez, pero uno se debe a sus ídolos) Winston Churchill: “un apaciguador es aquél que esta dentro de una jaula con un cocodrilo y le da de comer con la esperanza de que no se lo zampe a él”.
  7. Rechazo el nacionalismo porque es la ideología responsable de los dos desastres más importantes del Siglo XX que llevaron a la muerte a más de 40M de personas… y creo que me quedo MUY corto.
Los hay que me dirán que el nacionalismo español es igual… y no les falta razón. Pero lo cierto es que al final de la edad media, mientras ciudades de toda Europa quemaban a judíos y llevaban a cabo matanzas en las aljamas sin hacer diferencia de edad ni género, España recibía a personas de multitud de etnias y origen religioso, logrando probablemente las más altas cotas de desarrollo intelectual y del conocimiento que el mundo occidental ha conocido. En España se consolidaba la separación del derecho natural del canónico, dando lugar al principio de sociedad laica occidental y en la que los derechos individuales están por encima del colectivo y en el que el poder absoluto debe de ser combatido. Por ello España ha tenido abiertas las puertas y es, más que ningún otro país, Europa.

Esa es mi Europa. Una Europa de la que estoy orgulloso y que permite que en mitad de una bar en Helsinki pueda no estar de acuerdo y discutir abiertamente el rechazo de este país al rescate de España. Una Europa en la que llegaré al hotel en Varsovia después de tomarme unas copas, sin el temor de ser introducido en un coche por la fuerza y el lugar en el que “si llaman a las 5 de la mañana a la puerta de mi casa, tendré la seguridad de que será el lechero”.

Por todo ello rechazo el nacionalismo, pues es la negación del hombre, el centro y razón del desarrollo de Europa, y por ello también considero el Nobel de la paz a Europa un gran acierto, porque soy Europeo y Español.

Sed felices.

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