Beauty & Beast

Recuerdo una tarde en Tecnison, el estudio donde trabajé casi 12 años, con las salas a reventar. Estábamos mezclando una película que si no recuerdo mal era “Dejavú” película protagonizada por Denzel Washington. Me avisaron de una master que había llegado y del cuál debíamos controlar la imagen. El habitual control de calidad de materiales antes de empezar a trabajar. Tocaba ver cine.

Era un documental llamado Tierra.

Después de horas de ver (y escuchar) tiros, persecuciones, violencia, y montajes con imágenes en flashes cortos de muy pocos fotogramas para crear ansiedad… recuerdo que mi compañero Jorge y yo nos quedamos extasiados.

Era una visión de la naturaleza, sin prisas… con el tiempo que esta tiene largo y pausado. Tierra mostraba, una vez más, que cualquier plano que podamos desarrollar en digital, cualquier historia que queramos contar, no llega a acercarse a la visión de la naturaleza en estado puro.

Sin embargo tras el visionado hubo una pregunta que generó varias cervezas posteriores: ¿a dónde ha ido la belleza?

Un tiempo después fui a Arco, tras ver diversas galerías y propuestas artísticas, llegué a la misma pregunta ¿a dónde ha ido la belleza?. Había honrosas excepciones pero muy pocas obras que pudieran conmover por cualquiera de las razones. Sí había otra cosa: performance, instalaciones, proyecciones… muchas cosas que no hacían sino dar vueltas a la idea del “mensaje”. Desde entonces es una de las cosas que más me ha preocupado y que posteriormente pude constatar en la Manifesta 8 en Murcia y es la ausencia de bellaza por una razón fundamental: la falta de talento para crearla.
Lograr la belleza plástica, harmónica, serena… sea por la concepción de un mundo o idea nueva, sea por una descripción de la realidad es un proceso que indudablemente requiere talento. No es que el talento haya desaparecido es que nunca ha sido un bien muy abundante. El asunto este del “mensaje” es la cobertura, en muchos casos, de la ausencia de talento. Es una cortina de humo construida detrás de aserciones impactantes, golpes efectistas e ideas vertiginosas.

Esto es algo que ocurre tambiénen la industria cinematográfica donde el espectáculo y el entretenimiento ha superado a la capacidad de crear ideas y conceptos bellos, y una nubes de efectos especiales nos hacen perder las perspectiva… en la mayoría de los casos, es decir, salvo excepciones que las hay.

Crear belleza es un trabajo duro pues uno no deja de tener el ojo y la mente acostumbrados a una invasión diaria de imágenes, de colores, de olores y sensaciones que pueden llegar a embotar los sentidos e incluso provocar ansiedad en personas de edades que no están acostumbradas a esta agresión.

Crear belleza precisa de una cierta capacidad de abstracción y de concentrarse sobre aquellos elementos que queremos destacar y saber hacerlo… a pesar de que, como dice un refrán Británico, la belleza solo esta en el ojo del creador.
En mi opinión (personal e intransferible) en el caso de la pintura, un dibujo de Antonio Lopez. Una sencilla escena, un esbozo del tiempo de un lugar que puede estar en cualquier pueblo o casa antigua de España.

Es el caso de los impresionantes créditos de principio de la película de Akira Kurosawa Ran… aunque en el caso de Kurosawa incluiría casi toda su filmografía.

En el cine la propia industria del entretenimiento en gran medida, ha dejado la belleza en segundo plano y busca la espectacularidad o peor la atracción por lo mórbido y violento… la fuerza del lado oscuro que diría el clásico.

La belleza está en retroceso pero no es por falta de ganas de conseguirla, ni tampoco por la inmediatez de lograr un resultado que permita aguantar la cuenta de resultados a final de año. Esta en retroceso por la falta de talento y por la ausencia de inversión en este, pues la belleza, el arte, requieren tiempo y maduración, estar en la oscuridad en barrica de roble durante un par de años… y eso es algo que los mercados no se pueden permitir.

¿Es la victoria de la bella sobre la bestia? Espero que Tierra no quede en un destello.

Comentarios

Javier Franco ha dicho que…
Gran entrada amigo Pepe... permiteme matizar una cosa: creo que realmente lo que se esta perdiendo es la capacidad de transmitir emociones... precisamente los cuadros de Antonio Lopez no pretenden reflejar un elemento, una ciudad, o un personaje por el puro hecho de ser bello en si mismo (que normalmente no lo son, si no fijate en su cuadro del lavabo, o de la nevera, o el de la tabla), sino por el hecho de que logra transmitir una emoción, saber captarla y transmitirla (mediante literatura, cine, pintura o cualquier otra manifestación artística) es lo que solo está al alcance, como bien dices, de unos pocos genios. Murakami en la literatura es otro ejemplo... Pero se está perdiendo por la incapacidad de emocionarnos a la que, a pasos agigantados, esta humanidad está llegando. ...

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